Y a estas alturas de la temporada, nuestras protagonistas se reproducen y ponen sus huevos, principalemente sobre alfalfa, aunque tambien sobre Colutea o Spartium.
Hasta aquí todo bien, pues las orugas nacen y empiezan a crecer. Los problemas vienen cuando bajan las temperaturas, pues no soportan nada bien el frío y casí la totalidad de ellas mueren durante el invierno. Las pocas que sobreviven son muy bajo % respecto a las que llegarán el próximo año en sus movimientos migratorios.
Quizas se están preparando sabiendo que el calentamiento del planeta es una realidad, y que pronto sus orugas podrán soportar nuestros cada vez más cálidos inviernos.
En la foto, una pareja de Lampides boeticus. Observad la marcada banda blanca submarginal y sus ocelos desiguales.