Las visitantes de cada año ya están en plena presencia en la Reserva y sus multicolores plumajes pasan a menudo desapercibidos por la abundancia de ejemplares, que dificultan el verlos uno a uno y merece la pena pararse a comtemplar un individuo aislado del resto.
Me recuerda aquello de que "los árboles no dejan ver el bosque", a la inversa.